sábado, diciembre 10, 2005

Escenario de Sueños

ESCENARIO DE SUEÑOS
El Dios Pan abrió los ojos lentamente y se preguntó quien osaba molestarle interrumpiendo su plácido sueño.
Aquellos ruidos procedían del pasillo exterior a la Sala donde reposaba. El sol ya se había puesto. No era hora de visitas y le resulto muy extraño todo aquel barullo.
Voces, murmullos, pasos y luces en los patios.
Ya no había respeto alguno a su tiempo de descanso. Estaba muy enojado.
Llamó al cervatillo de Madinat al-Zahra y le ordenó que saliera en exploración y le informara de lo que estaba sucediendo y el porqué de aquellas luces.
El cervatillo obedeció al Dios Pan y se dirigió hacía uno de los patios exteriores, camuflándose en una de las fuentes.
Veía el agua caer y recordaba aquellos lejanos tiempos cuando el agua manaba de su boca en los jardines de al-Zahra. Suspiró con nostalgia evocando aquellas tardes bucólicas, el placer de sentir el agua ascendiendo por su cuerpo para luego dejarla escapar como un surtidor, mientras los niños le contemplaban y reían asombrados por su inagotable capacidad de escupir.
El patio estaba lleno de turistas. Era de noche y sin embargo allí estaban, acompañados por uno de los habituales guías que durante la mañana recorrían el Museo guiando a los visitantes.
El cervatillo no entendía nada, así que se dispuso a volver al encuentro del Dios Pan para informarle de todo lo que había visto. Quizás deberían de recabar la ayuda de Mitras Tauróctono. El Dios Sol tenía la suficiente fuerza para sacrificar un toro, así que aquellos visitantes serían fáciles de derrotar para él.
En su camino de regreso encontró a Afrodita, agachada como siempre, se quejaba de la incomodidad de su eterna postura. Cuando vio al cervatillo le llamó .Ella también quería saber a que era debido aquel extraño bullicio nocturno.
-¡Hay visitantes! – respondió exclamando el cervatillo, sin detenerse.
Afrodita siguió lamentándose .Sin sus brazos le resultaba imposible incorporarse.
El León ibérico de Nueva Carteya rugía en su pedestal mostrando sus colmillos.
Parecía muy enfadado ante aquella extraña invasión de visitantes.
Pensaba que se trataba de malos espíritus que perturbaban la paz del lugar y estaba
dispuesto a salir y amedrentar a los intrusos. Su lengua asomaba amenazadora entre sus colmillos.
Sigiloso el cervatillo pasó rápidamente por su lado. Prefería no ser visto por el León. Sentía tremendo respeto ante aquellas fauces hambrientas.
Ya casi llegaba ante el Dios Pan cuando empezó a repicar la Campana mozárabe del abad Sansón.
Todo estaba resultando muy sorprendente aquella noche.
Y entonces el cervatillo pudo ver al Hermafrodita de bronce que se acercaba contoneándose y bailando por uno de los pasillos.
Se mostraba feliz, aquella noche le habían permitido participar en el Cortejo Báquico. Aún estaba impresionado por la visión del Dios Baco, montado en su carro tirado por dos centauros. El baile en el Mosaico le había dejado extenuado pero estaba tan contento que seguía danzando sin cesar.
El cervatillo le preguntó si sabía porque repicaba la campana aquella noche, temía que estuviera avisando a los habitantes del Museo de algún temible e inminente peligro.
Una sonora carcajada fue la respuesta del Hermafrodita, que con voz afeminada respondió:
- Hoy es un día especial. Es la Noche de los Museos. Los guías están mostrando los cuatro patios de este Palacio. Son Luces en la Noche para embellecernos ante los visitantes. La magia nocturna de este lugar atraerá a más visitantes y seremos más conocidos. Si prestas atención al repique de la campana sabrás que no hay peligro.
Hermafrodita era muy presumido y le encantaba exhibir sus atributos ante los visitantes.
El cervatillo respiró aliviado y se apresuró en su recorrido.
El Dios Pan continuó durmiendo, recordando aquellos tiempos en que participaba adoptando forma de mascara, en funciones de teatro y recibía los aplausos de su público, mientras los murmullos a su alrededor y las luces del Museo eran el dulce atrezzo del escenario de sus sueños.

1 comentario:

@Intimä dijo...

Un besito Elisabeta.
Te seguiré tambien por aqui.